Cómo enseñar a los niños a no olvidarse de sus responsabilidades.

blog1No recordar tareas, útiles escolares, no mostrar comunicaciones o no dar una información relevante son los típicos olvidos que los niños y niñas suelen hacer en sus primeros años de escolaridad.

“Olvidarse de una cosa es normal y no reviste mayor importancia, pero cuando es la tercera vez que el niño pierde los  lápices  en  el  año,  los  padres  suelen  entrar  en  un  estado  de  desesperación  que  los  hacer  perder  el  control”, afirman  Neva  Milicic  y  Soledad  López  de  Lérida,  autoras  del  libro  “Se  me  olvidó”  (Zigzag)  que  aborda didácticamente esta problemática.

Neva Milicic es doctora en psicología de la Universidad de Gales y columnista en la Revista Ya de El Mercurio.

Mientras  que  Soledad  López  de  Lérida  es  doctora  en  psicología  de  la  Universidad  Católica.  Ambas  expertas, afirman que los niños pueden sentirse abrumados por su incapacidad para cumplir con sus propósitos, sus deseos de acordarse  y  por  no  ser  aptos  para  responder  a  las  expectativas  de  sus  padres  y  profesores.  La  forma  que  ellas encontraron para educar tanto a padres como hijos fue a través de la creación de este doble  cuento, que narra la visión  de  la  madre  y  por  separado,  la  del  hijo.  Las  narraciones  tiene  la  particularidad  de  sembrar  actitudes esperanzadoras, llaman a no generalizar las actitudes y enseña estrategias para organizarse y cómo hacer las cosas más lento para prestar la atención necesaria.

“Para no olvidarme, hicimos una tarjeta que está pegada en la agenda del colegio. Ahí anotamos todo lo que tengo que acordarme de traer a la casa: la agenda, los cuadernos para hacer las tareas, los lápices, el polerón o la bufanda y  las  zapatillas  cuando  tengo  gimnasia.  Pero  claro,  ¡se  me  olvida  leer  la  tar jeta  y  se  me  queda  justo  lo  que necesito!”.

En  el  relato  dedicado  al  niño,  se  busca  detallar  los  sentimientos  por  los  que  pasan  los  infantes  cuando  olvidan “todos me retan y se enojan conmigo. Me castigan sin computador o sin tele”.   Y claro, no son olvidos de adrede sino involuntarios. “Sé que es necesario poner más atención, ¡pero me cuesta tanto!…Yo empiezo algo, me distraigo y después se me olvida terminarlo”.  Para salir del desaliento, poco a poco, le quitan la carga negativa a los olvidos

y ponen el foco en cómo mejorar la situación: “Cuando alguien te hable, míralo a los ojos, te será más fácil recordar lo que te dice”. La idea es invitar a los niños a hacer el esfuerzo, trabajar en lo que les cuesta y demostrarles que de a poco, irán obteniendo resultados. Nada es tan simple en la vida. “Desde que pienso antes de actuar me va mucho mejor. Y ahora si me equivoco, no me enojo tanto, y trato de pensar en qué tendría que hacer para que no me vuelva a pasar”.  Las ilustraciones del libro están a cargo  de Evangelina Prieto y son de una cálida luminosidad con imágenes que evocan sensaciones de empatía por la mamá y el hijo que se llama Beltrán.

En  el  caso  de  los  papas la  visión  que  plasman  es  claramente  de  impotencia  que  bordea  en  la desesperación,  las peguntas inquisitivas abundan: ¿traes comunicación? ¿trajiste tus lápices? El reflejo de una realidad.

“Mi hijo es muy distraído, parece que no me escucha cuando le hablo. Muchas veces se le olvida lo que le digo…

no  quiero  retar  a  Beltrán  todo  el  día,  no  me  gusta,  lo  paso  mal;  pero  sin  duda  él  lo  pasa  peor”.

Y la angustia se extiende cuando la profesora llama a reunión y enumera las dificultades del pequeño y se conocen las burlas constante de los compañeros antes el niño distraído. Por eso, más que criticar o diagnosticar, el cuento se adentra a explicar qué cosas hacer para educar y cambiar.

“Cuando son muchos los olvidos, lo dejamos sin televisión. Y aunque se enoja con este castigo, le expliqué que un doctor descubrió que si los niños ven mucha televisión, se vuelven más distraídos”.

En definitiva, el libro “Se me olvidó” resulta interesante porque lo que enseñan en su prosa es que los chicos deben aprender a  tomar nota  en  su  agenda, libreta  o  teléfono  de  lo  que  tienen  que hacer,  al  igual  que  los  adultos.  Un proceso que deberá ser disciplinado y lleno de cariño. Porque de los olvidos, nadie está a salvo…

Deja un comentario


Notice: Undefined variable: user_ID in /home/lttlgm26vo3t/public_html/colegioaconcagua.cl/wp-content/themes/aconcagua/comments.php on line 51