Tips para educar a los hijos

¿Cómo le puedo crear un hábito en mi hijo, apaciguar sus pataletas, enseñarle a ser responsable? Esta y muchas otras preguntas tienen respuesta. Acá exponemos un resumen de lo que indican dos especialistas chilenas: la neurosiquiatra Amanda Céspedes y la sicóloga infantil Neva Milicic.

Tips para educar a los hijos.

¿Quien dijo que era fácil ser padres? Así se titula también un libro de la destacada sicóloga infanto-juvenil nacional, Neva Milicic, quien escribe regularmente para revista Ya de El Mercurio. Ella, junto a otra destacada especialista y autora de varios libros, la neurosiquiatra infanto-juvenil Amanda Céspedes, han dado una serie de charlas este mes de las cuales podemos destacar lo siguiente:

1) Los niños no terminan de formarse biológica y emocionalmente sino hasta los 20 años. Sólo entonces ya deberían ser capaces de razonar y evaluar su comportamiento y el de los demás. Por ello, toda pareja que planea tener hijos, o que ya los tiene, debería programarse mentalmente para cumplir su rol “full-time” de educadores por al menos los primeros 20 años de vida de sus críos. “La base para la vida son los primeros 20 años”, aseguran.

2) Muchos de los tiempos de las habilidades que deben ir adquiriendo los menores vienen predefinidos genéticamente, como el control de esfínter, el adecuado manejo de la motricidad fina, gruesa, la autorregulación de las emociones, etc. Según las especialistas, actualmente, los colegios en Chile están diseñados para el 75% de los niños que están “dentro de la norma”, como por ejemplo, que son capaces de controlar su esfínter de día a los cuatro años o que son capaces de obedecer órdenes y autorregularse a determinada edad. Pero hay un 25% que no lo hace y por ello no son aceptados en muchos colegios. “No es anormal que un niño se orine en su ropa a los cinco o seis años, simplemente no sigue la norma o lo que hace la mayoría”, aseguró Céspedes. Lo más probable, indican, es que su programación genética lo haya determinado así y no se puede hacer nada al respecto. En este caso hay que fijarse si por el lado

de la mamá o él papá hubo personas que también demoraron en controlar su esfínter. La Dra. Céspedes sugiere al adulto no desesperarse frente a esta u otra situación y tener mucha paciencia y amor. “El reto o castigo no apura el aprendizaje, sino que siempre lo dificulta”, asegura. Y si hay mucha angustia por parte de los progenitores o dudas de por medio, siempre es bueno consultar a un especialista para que descarte un problema fisiológico o emocional.

3) Amor, amor y más amor. Ambas especialistas aseguran que para poder desarrollarse adecuadamente, los niños necesitan un ambiente emocional seguro (AES). El AES permite que el niño esté en armonía emocional y con ello tenga alegría de vivir, gratitud, empatía, optimismo y capacidad de goce con las cosas más simples (como jugar fútbol con un embase de yogurt y no con la mejor pelota firmada por Ronaldo). Para que se dé un AES, explican las especialistas, el adulto tiene que aceptar incondicionalmente al niño (con sus defectos y virtudes), amarlo explícitamente, dedicarle cantidad y calidad de tiempo, respetarlo (no decirle ironías ni opacarlos), valorarlo, protegerlo, darle la oportunidad de crecer integralmente y comunicarse afectivamente con él (tocarlo y hablarle mirándole a los ojos). El AES lo provee principalmente los adultos significativos para el niño como son los padres, abuelo(s), profesora, niñera, etc. Y es por esto que los adultos más cercanos al niño tienen una gran responsabilidad. El menor aprenderá de lo que ellos hagan y digan, aunque el adulto no lo quiera. Otro factor que incide en un AES es la naturaleza, poder subir un cerro, jugar en el jardín, explorar, etc., y siempre acompañado de un adulto significativo que lo proteja y de amor. No es mentalmente sano que el niño esté todo el día encerrado entre cuatro paredes o mirando televisión.

4) Para educar bien y de acuerdo a la edad, hay que conocer las características del desarrollo emocional de los niños. Por ejemplo, las especialistas señalan que es muy distinto el tipo de trato y técnica para educar a un niño de cuatro años, que para uno de 11, ya que están pasando por etapas distintas de desarrollo emocional. El de cuatro años está en plena etapa de oposición, donde intentan reafirmar su autonomía negándose a cuanta cosa intenta hacer el adulto. El niño de 11 años, en cambio, puede razonar mejor, pero está entrando en la etapa de pre pubertad, la que es muy difícil emocionalmente ya que están empezando a dejar de ser niños y no saben cómo afrontar ese cambio. “Para conocer mejor estas etapas y cambios, es bueno informarse y para ello hay muchos textos disponibles (…) uno suele educar instintivamente, como a uno lo educaron, pero esto puede ser muy insuficiente. Hay que informarse”, asegura Céspedes. Un libro que explica claramente las etapas de desarrollo emocional es el libro de ella misma, titulado, “Niños con pataletas, adolescentes desafiantes”. Otro es el de Neva Milicic titulado “Quien dijo que era fácil ser padres” y también “Construir la familia que soñamos”. Disponibles en librerías

Neva Milicic

Psicóloga