Trayectoria Aconcagüina: Catalina Gálvez
Catalina y el paso del tiempo en nuestro Colegio Aconcagua.
Viernes 29 de agosto.- Los ensayos PSU realizados por los jóvenes de enseñanza media han sido muchos y Catalina Gálvez, aconcagüina del Cuarto Medio York, lo sabe perfectamente, pues antes de comenzar a contar su experiencia en nuestro Colegio Aconcagua, se le ve cansada y contrariada por el difícil examen por el que acaba de salir.
Finalmente, empieza a contar su historia en el establecimiento sin ninguna dificultad y se explaya abiertamente. “Estoy acá desde primero básico y me han apoyado en todo, literalmente en todo”, expresa Catalina.
Y es que ese apoyo que manifiesta la estudiante, se relaciona con la vida que ha llevado durante estos doce años como aconcagüina y, más que todo, como deportista de alto rendimiento, donde reconoce la flexibilidad que tuvo el colegio con ella, además de brindarle ayuda en momentos complicados familiarmente.
Hace cerca de dos años, la “Cata” tuvo que enfrentarse a una difícil decisión: continuar como seleccionada de gimnasia artística o dedicarse de lleno a los estudios. La encrucijada no fue para nada fácil recuerda, pero supo poner estos dos aspectos en balanza.
“Tengo la mentalidad de que los estudios son los que te llevan a la meta. Quiero aprender, tener una familia estable, estudiar medicina y arte. Quizás relacionar mi carrera con el deporte”, expresa la alumna con certeza.
Su estilo de vida entregada a su pasión de niña, le significó muchas veces tener que ausentarse de las clases para ir a competir por su club (ahora en Santiago), por lo mismo, su presencia en su colegio le parecía extraño a sus compañeros y amigos que la molestaban por venir.
Pese a estos sacrificios que tuvo que realizar, la futura médica es una de las mejores de su clase en lo académico. Sus notas y sus resultados en los ensayos de PSU así lo reflejan, situación que ha sabido aprovechar y que la tiene postulando a la mejor casa de estudio de educación superior de nuestro país y de Latinoámerica, la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Al preguntarle si es “matea”, ella va más allá y se reconoce a sí misma como una “nerd”. Sin embargo, hay que darle todo el crédito a esta excelente alumna, quien refleja con bastante claridad a lo que debe aspirar una persona: ser, y valga la redundancia, un ser humano íntegro, desarrollando mente y cuerpo.
Esta joven cree fervientemente que la gente se puede desarrollar en todos sus ámbitos, sin llegar a ser “un pintamono”, sino más bien, y a modo de dejar una huella como Catalina, ser alguien multifacético.
La estudiante ya se encuentra ad portas de su egreso, donde quemará una etapa de su vida llena de recuerdos y vivencias para dar comienzo a otra, la cual, y es lo más seguro, esperemos esté plagada de éxitos.
