La vida social de los niños: los buenos amigos son protectores

soccer-620x400-620x400Si bien todos los padres y los educadores saben de la importancia del desarrollo social en los niños, no siempre se le presta la suficiente atención.  Ella tiene un fuerte impacto en su seguridad personal, en su bienestar socioemocional y es, con frecuencia, fuente de una enorme felicidad, pero también puede ser una experiencia dolorosa. Los adultos somos responsables  de  crear  un  entorno  que  nutra  a  los  niños  afectivamente,  dándoles  oportunidades  de  una  vida  social gratificante en un ambiente razonablemente protegido de malos tratos.

Los psicólogos Michael Thomson, Catherine O Neill Grace y Lawrence J. Cohen escribieron el libro “Mejores amigos, peores enemigos. Guía para entender la vida social de los niños”, en que ahondan en las relaciones sociales en la infancia y  en  la  amistad.   Ellos  plantean  que  tiene  sentido  preocuparse  y  aún  preocuparse  mucho.  La  investigación  sobre  la amistad ha demostrado lo importantes que son los pares para  los chicos.   Como padres, lo entendemos intuitivamente y lo sabemos por experiencia.   Los niños necesitan la amistad y un mínimo de aceptación por parte del grupo.    Si carecen de amistades corren un riesgo social.  Los autores citados mencionan estos indicadores como características de un niño con  vínculos  seguros  con  sus  compañeros:  Puede  disfrutar  de  la  compañía  de  otros.     Puede  cumplir  su  turno  y compartir.   Puede  empatizar.   Puede  regular  sus  impulsos  agresivos.   Puede  confiar  en  que  siempre  está  en  nuestros pensamientos.  Tener algunos amigos es un escudo protector para los niños.   Los defiende de la sensación de soledad, les da seguridad, les enseña cómo comportarse y los protege de eventuales agresiones de otros  compañeros  A todo niño le toca  enfrentar  situaciones  de  exclusión;  en  los  niños,  con  frecuencia,  no  ser  bueno  para  el  futbol  es  motivo;  en  una niñita, su ropa puede originar discriminaciones.  La seguridad del afecto incondicional de los padres es la base con que los  niños  pueden  emprender  la  exploración  de  las  relaciones  sociales  y  recuperarse  de  eventuales  dificultades  que puedan tener en la vida social. Si tienen vínculos sólidos con sus padres -se sienten aceptados, queridos y valorados- son más confiados y más gregarios.

Los  padres  flexibles  aprender  a  dejar  espacios a  las  otras relaciones  sociales  para  que  los  hijos  puedan  continuar  su aprendizaje social en contextos más amplios; los niños sobreprotegidos pueden llegar a ser más  periféricos en la vida social.   Preocuparse de las relaciones  de amistad de los niños son algunas de las tareas que debemos enfrentar como padres.

Psicóloga Neva Milicic

Fuente: “Revista Ya” El Mercurio

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