Cómo comenzar el año con las pilas bien puestas

PontelasPilas¡A ponerse bien las pilas niñitos, que este año va a ser exigente!…

 Este puede ser el consejo bienintencionado de cualquier profesor de educación media o universitaria que recibe a sus estudiantes los primeros días de clases, con la intención de advertir que las vacaciones han concluido y lo que se supone deben hacer es disponerse con muchas ganas para estudiar y aprender.

 Esa recomendación (odiosa para los estudiantes) puede transformarse en una observación muy importante ya que se necesita cierto tiempo acostumbrar el cuerpo a un ritmo más exigente y riguroso que el que se impone de manera natural en los plácidos días vacacionales. Por lo que es necesario realizar algunos esfuerzos extra para volver a “ponerse las pilas”.

 La “lata” superlativa que experimentan los alumnos de tener que levantarse temprano en la mañana después de varias semanas de “chipe libre” se puede explicar por algunos mecanismos que resultan muy interesantes. En nuestro organismo existen diferentes ciclos biológicos de autorregulación que nos permiten conservar nuestros equilibrios hormonales para poder funcionar adecuadamente. Los ciclos más importantes se denominan “circadianos” y tienen una duración de 24 horas. Estos son fundamentales para mantener una buena salud general del cuerpo y también de nuestros estados emocionales.

 Por ejemplo, el ciclo circadiano “sueño-vigilia” resguarda que al despertar, en la mañana, después de haber dormido preferentemente entre 6 y 8 horas, nuestro cuerpo esté en condiciones óptimas para enfrentar un día de trabajo duro y exigente. Al caer la noche, el organismo comenzará nuevamente a necesitar reposo y descanso que las horas de sueño le entregaran. Y así, cada mañana, se completa uno de los ciclos biológicos más importantes para el organismo. Es por eso que el dormir bien así como hacerlo en las horas y condiciones adecuadas son de la mayor importancia para preservar una buena salud física y emocional.

 Es muy común que en vacaciones prolongadas el ciclo de sueño-vigilia se vea trastocado entre los jóvenes y adolescentes, pasando a ser el día para dormir y la noche para divertirse y “carretear” con las obvias consecuencias durante los primeros días de marzo: dificultad para despertarse temprano, atrasos, desgano, fatiga, falta de productividad, etc.

¿Cómo volver a acostumbrar al organismo a los exigentes horarios de clases?. Hay aquí algunas recomendaciones que pueden practicar para mejorar su reingreso a clases.

  • Comenzar, unos días antes, a despertarse cada vez más temprano, lo que obligará al cuerpo, poco a poco, a iniciar el ciclo de sueño también anticipadamente.
  • Evitar sustancias como café y té antes de dormir, lo mismo que comidas demasiado abundantes.
  • Racionar la televisión y los videojuegos a la hora de acostada. Un esfuerzo adicional sería sacar el televisor de la habitación.
  • No dormir “siestesitas” después de llegar a casa por más sueño que se tenga.
  • Y que el estudio se realice durante el día después de la jornada escolar y no restándose horas de sueño.

 Estos son algunas recomendaciones sencillas que ayudan a predisponer el cuerpo y el espíritu para enfrentar las condiciones arduas y exigentes que implica el reinicio académico con las “pilas bien puestas”.

 ¿Sabías que?…

Al dormir se secretan varias hormonas imprescindibles para el funcionamiento humano, como por ejemplo, la hormona del crecimiento que se genera justamente cuando dormimos. Otro beneficio que tiene el buen dormir es el asentamiento en la memoria de largo plazo de los recuerdos del día recién vivido. Además, adecuadas horas de sueño mejoran la concentración y atención así como el buen humor.

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