Para qué sirve la adolescencia
“En la exploración creativa se produce una ampliación de la conciencia, que junto a la aparición del pensamiento abstracto, busca soluciones fuera de lo establecido. En el polo negativo, esta característica puede conducir a una crisis de identidad…”
Casi siempre hablar de adolescencia es para quejarse de lo difícil que es y de lo complicado de su manejo. Sin embargo, es posible mirarla desde un ángulo positivo y pensar cuál podrá ser la herencia de aquellas características de los adolescentes que se transmitirán a la etapa adulta.
Según Daniel Siegel en su libro “Tormenta cerebral”, los cambios que se producen en el cerebro de los adolescentes hacen aparecer cuatro cualidades, que bien utilizadas, podrían ser un capital que permanezca en la vida adulta.
Estas cualidades son:
La búsqueda de novedades. Los adolescentes tienden a probar y experimentar cosas nuevas, lo que implica estar abierto a los cambios. Sin duda esto tiene la desventaja de que pueden asumir riesgos, sin anticipar las consecuencias de sus actos. Un adulto muy creativo decía: “Cuando me acuerdo de mi propia adolescencia, en la que cometí muchas imprudencias, en un afán de ser original y probar cosas nuevas, me da terror por lo que pueda pasar con mis hijos adolescentes”. Es por ello que, sin cortarles las alas a los hijos, es necesario darles contención para intentar disminuir riesgos.
La implicación social. Esto los lleva a conectarse con sus iguales y a construir nuevas amistades. Tener amigos es un factor protector muy significativo en términos de la salud mental y un signo de inteligencia emocional, pero tiene el riesgo de que sean mal escogidos. La desventaja puede ser la deslegitimación de los adultos, quedando sin contención emocional.
Aumento de la intensidad emocional. Sin duda esta característica explica la enorme vitalidad de los adolescentes, que cuando es bien aprovechada, lleva a vivir la vida en plenitud. El riesgo pueden ser conductas impulsivas con una excesiva reactividad. Una madre de tres adolescentes contaba: “Me encuentro viviendo en una montaña rusa: o estamos extraordinariamente felices o todo es una basura que no vale nada”.
En la exploración creativa se produce una ampliación de la conciencia, que junto a la aparición del pensamiento abstracto, busca soluciones fuera de lo establecido. En el polo negativo, esta característica puede conducir a una crisis de identidad, o que la cantidad de ideas y de imaginaciones, lo lleven a un estado de confusión. Un padre decía: “Siento miedo cuando mi hijo Enrique llega a proponerme sus ideas, me preocupa que sienta que no lo apoyo, pero por otra parte siento sus proyectos tan irrealizables”.
Sin embargo, lo que les pasa a los adolescentes es en realidad lo que los adultos necesitan para mantener la vitalidad de su existencia. Quien logra conservar estas características en la vida adulta, será sin duda más creativo, más feliz y más productivo.